Taekwon–Do adaptado
La I.T.F. se conoce por mantener el protocolo, la etiqueta y los lineamientos estipulados por su fundador el General y Master Choi Hong Hi. Sin embargo, él mismo dijo, antes de su fallecimiento, que no pensó este arte marcial para mujeres ni para niños, sino para soldados. Naturalmente el Taekwon-Do ha tenido un positivo y glorioso recibimiento a nivel mundial y esto ha abierto el camino para practicantes de cualquier edad, religión, cultura, género, etc. De igual forma, aún puede ser notable la diferente de participantes hombres y mujeres, pues para muchos las artes marciales todavía significan pelea, brusquedad, fuerza bruta. Por ello, el Boo Sabunim Giovanni Javier Gil y la Boo Sabunim Mayevi Galindo, de Guatemala, se han dado la tarea de compartir este blog para ampliar más sobre el Taekwon-do I.T.F. Como parte de los objetivos que tienen están: desmitificar el Taekwon-do; abrir debate, diálogo, dejar inquietudes; analizar más a fondo sobre los nuevos caminos que surgen a partir de la tradición y la herencia de los primeros maestros, siempre bajo el respeto al Mater Choi y su legado. El tema de hoy, específicamente, puede “moverle el suelo” a muchas personas que incluso tal vez no compartan lo que se expone. Sin embargo, ha sido aprobado por el Master Juan Carlos Peña Leal, en el examen para Primer Dan de la Boo sabunim Mayevi Galindo, autora del trabajo: “Taekwon-do adaptado a discapacidades: terapia para personas con deficiencia visual”. Este documento fue publicado por primera vez en 2012 como requisito de su graduación como cinturón negro. Después, en 2016 fue reeditado.
¿Cómo surge este tema? En 2012 Mayevi Galindo, a sus 18 años de edad, inició sus estudios universitarios en la Universidad de San Carlos de Guatemala. Cursaba la carrera de Psicología y simultáneamente el Profesorado en Educación Especial. Así tuvo sus primeros contactos con personas con discapacidad y empezó a empaparse sobre temas de inclusión, como las legislaciones que amparan a las personas con discapacidad, las políticas que se practicaban en el país, la terminología adecuada a utilizar, los diagnósticos más conocidos, etc. Desde que inició su carrera, Mayevi se sintió muy atraída a combinar los dos temas que le apasionaban grandemente: el Taekwon-do y la atención a las personas con discapacidad. Vio una oportunidad para poder incluir socialmente a las personas que desde la historia han sido marginadas por nuestra sociedad. La investigación, sin embargo, debía ser delimitada. Entonces a grandes rasgos se explicaron los beneficios sociales de la incluir en los Dojang a estudiantes con discapacidades físicas, intelectuales, sensoriales, etc. También introdujo los temas sobre adaptaciones, término que tomó de las conocidas “adecuaciones curriculares”, solo que en este caso adaptadas a deportes.
Después decidió concluir su trabajo enfocándose en los beneficios que puede encontrar una persona, aparte de la inclusión social, como beneficios terapéuticos de los que pueden mencionarse:
Autoestima
Desarrollo de la propiocepción
Equilibrio
Sensación de bienestar
Etc.
Sumado a los beneficios generales, que si observamos pueden ser los mismos que para cualquier persona que practique Taekwon-do, Mayevi quería hacer énfasis en por qué las personas con una discapacidad concreta deberían poder practicar Taekwon-do, y sobre cómo podemos apoyarlas para que eso sea posible. Se planteó la situación de las personas con ceguera, cuya limitación principal es el uso del sentido de la vista. Sin embargo, a partir de la falta de visión surgen otros inconvenientes como problemas de ubicación espacial, dificultad para reconocer el esquema personal propio, problemas de postura, dificultades en el equilibrio, por lo que se cuestionó: ¿el Taekwon-Do puede ayudar a una persona con estas condiciones a mejorarlas? La investigación se quedó con la hipótesis de que sí es posible, basada en un marco teórico amplio, tomando experiencias de personas con ceguera que practican otros deportes, lectura de testimonios, etc.
En la actualidad, en Guatemala no se ha implementado un programa específico que trate esta problemática. Sin embargo Mayevi Galindo siempre ha tenido la inquietud de iniciar un proyecto con esta población. Actualmente uno de sus estudiantes, a los que inició atendiendo de forma terapéutica y en unschooling, tiene 26 años y tiene Síndrome de Down, artritis y ácido úrico elevado. Con él ha empezado a poner en práctica diferentes ejercicios como la gimnasia vital, para poder construir clases de Taekwon-do que se adaptan a las posibilidades de este muchacho. Cabe mencionar que ahora se cuenta con cursos internacionales que sirven de apoyo y respaldo para estos casos, aunque siempre requieren adaptación, por la naturaleza de los mismos, estos son el Taekwon-do Kids y el Taekwon-do Harmony. La Boo Sabonim ha decidido tomar de base este último con su estudiante, y espera ver hecho realidad el sueño de que más chicos con discapacidad están participando de estos programas, que toman más en cuenta sus necesidades y posibilidades.
El Taekwon-do fue pensado para soldados. Pero hoy es practicado por personas, y todas deberían poder llegar a hacerlo.
Young Soo.